Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2015

LA MONTAÑA Y LAS SETAS

Imagen
La Montaña siempre sabe guárdame el secreto y sus árboles, siempre me dan el aire puro que necesito. Ayer sin querer me contagie de tu silencio, de tus colores, de tu energía, gracias, siempre me haces reaccionar, me calmas sin querer  me das paciencia. Nunca antes consideré al Otoño época de renacer, pensaba que solo eso era en Primavera ¡ilusa de mí! Observaba como una niña pequeña, la magia que envuelve a los árboles en la Naturaleza; hoy   recordaba mi paseo por la Selva, igual que ayer, me avisó que tengo que parar y salir de un laberinto que empecé haces unos días, bueno un poco más. Es difícil esto de las emociones y es difícil saber porque sin querer empiezas a pensar en alguien, luego a sentir y más tarde sin querer ya estás atrapada en una historia que no tiene ni “pies ni cabeza”. Ayer me dijo la Madre Naturaleza que las setas nacen sin ser vistas, camufladas entre las hierbas silvestres y las hojas caídas de los árboles. Algunas de las setas son venenosas y

LET HER GO

Imagen
  “Ojalá que la espera no desgaste mis sueños”, lo dice Benedetti,” los sueños vienen despacio y se van rápido” lo dice una canción, estoy convencida que nos podemos encontrar un millar de frases hechas que nos hablan de los sueños. Era verano y en la radio sonaba el programa de “Elena Francis”, no lo entendía bien pero sí que me gustaba la sintonía que anunciaba que el programa ya estaba en antena… De pequeña soñaba mucho   y soñaba muchas cosas, eso me salvaba de mi realidad que a veces me gustaba y otras no tanto. Echamos de menos el verano cuando el invierno se resiste a irse, a mí me gusta mucho más el verano y las palomitas de maíz, sí   pues a mí me gusta leer novelas de amor, bueno desamor, en el fondo creo que me gusta sufrir por amor…pues a mí no la verdad, me gusta el AMOR pero no me gusta leer novelas de desamor, lo paso mal. A mi hermana y a mi tía les gustaba leer novelas de Corín Tellado, ¡qué antiguas las novelas! Y qué bonitas portadas tenían, ellas aún la

UN PUÑADOS DE RECUERDOS

Imagen
Recuerdo que mi padre en verano se sentaba en el   patio a esperar que el día se confundiera con la noche, y   los niños del barrio a esa hora nos preparábamos para jugar en las calles aledañas. Recuerdo como las vecinas se reunían alrededor de un tema de conversación, ¡ay, el calor este no se quiere ir! Decía la Rubia, siempre iba con un delantal como uniforme, sus manos eran rudas, pero expertas en cuidar, cuidar de su marido y de sus hijos y de todos los niños del barrio, ella era bajita, una mujer con curvas pero una mujer fuerte que anduvo por la Carretera Nacional 340 huyendo de los nacionales, sus piernas cansadas hablaban de su penar hacia Valencia. En los bolsillos de su delantal siempre llevaba azucarillos de azúcar moreno, la podía ver como subía la cuesta con su cesta de mimbre y   con su perro fiel que le acompañaba. Recuerdos de una infancia que estoy intentando recordar sin idealizar pero que me está resultando difícil, como otra dificultad, dejar de soñar con