UN CUENTO ENCERRADO EN UNA CARTA
Empiezo esta carta; de la mejor forma que sé, contándote un cuento: Erase una vez que era, una niña encerrada en un cuerpo de mujer, sín saberlo muy bien se enamoró de un pequeño duende que aspiraba a ser mancebo del chamán de la aldea donde residían ambos; él vendía sueños, tenía una pequeña tienda donde se dedicaba a mezclar sueños con ilusiones, sueños posibles con ideas creativas y tenía un remedio para cada uno de los que allí acudían en busca de pózimas mágicas para seguir creciendo y aprendiendo en este, su mundo. Ella tenía un pequeña tienda de alimentos, justo en la puerta podías ver un pequeño cartel: “ alimentos para tí y para tu espíritu” . Entraban los aldeanos y aldeanas a comprar productos y ella siempre le recomendaba que comieran algún tipo de alimentos para sanar el cuerpo físico y el cuerpo emocional, la podías oír decir ” te regalo este par de manzanas para aliviar las preocupaciones que residen en tu higado” o esto otro “ acaban de llegar unas ricas mandarinas