QUERIDOS REYES MAGOS
Cada año la misma ilusión, la misma emoción, la misma magia y todo se inunda de color, risa, alegría y las vibraciones de energía se elevan; de pequeña pensaba que las risas de los niños y niñas, eran tan claras y tan altas que Dios desde el cielo las podía oír y él sonreía; ya ves, aún este día me sigue gustando, ver las cabalgatas, recoger caramelos, los pisotones y esa risa floja que tengo y no me deja de competir con la mujer que lleva un paragua al revés para recoger todos los caramelos de Melchor. La misma ceremonia año tras año, los zapatos limpios debajo del árbol, tres vasos de agua y mantecaos y alguno rufito un poco rancio para los camellos, mientras hacía esto las piernas me temblaban, me dolía la tripa y las manos me sudaban, después de la caminata parar recoger algunos caramelos, a casa a dormir pronto y sin poder dormir……ruidos, fantasma e incluso un año vi a Baltasar como colocaba algún paquete debajo del árbol y al despertar temprano ahí estaban todos los regalos