"Al parecer todo cuenta"
Al
parecer todo cuenta, cuenta del uno hasta el cien y no pares de contar hasta
que no sepas qué contar.
Cuenta
María la que vive en la “Casa grande” que por las noches cuando la luna está en
cuarto menguante oye ruidos en las “cuadras”, pero solo en noches de luna
menguante.
También
dicen, que Ana cuenta que ella pasa mucho frío mientras toma un vaso de cebada
tostada para calentar las tripas antes de ir a la “faena” de las habichuelas
verdes.
Una
del barrio a la que le gusta frecuentar los corrillos de las vecinas dice que
vieron el sábado a Remedios pasear por la calle de las Carmelitas y junto a
ella le rondaba un mozo de los de antes, de esos que ya no existen, “vaya bien
peinado y trajeado”.
Al
parecer todo cuenta, cuenta del uno hasta cien y no pares de contar hasta que no
sepas que contar, no pares de contar niña, cuenta perras gordas y remiendos de
las enaguas, pero no te calles mujer.
Cuenta
la niña Alba que mientras le rondaban al alba ella solo pensaba en ver como
desaparecía aquella última estrella que subió al cielo y está convencida que le
guiña un ojo al irse.
Al
parecer todo cuenta, cuenta del uno hasta el cien y no pares de contar hasta
que no sepas qué contar, cuenta los sueños, cuenta las mil veces que sonríes a
la vida cada día, no tengas miedo de contar y si de parar.
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