Una mágica locura
Él pensaba que sus pensamientos
eran transparentes, así que cerraba los ojos y apretaba la frente para no
pensar, ella en cambio decía que podía hacer magia con sus pensamientos, tenía infinidad de colores en su cabeza; él cuando iba a visitarla intentaba no pensar en ella y en
ese intento se sonrojaba y un día casi que se ahogaba de aguanta la
respiración.
Ella iba por la calle pensando
que era mágico todo lo que le rodeaba, así que nunca en su caminar encontraba
nada feo y si se lo encontraba ella con su magia lo envolvía de colores.
Él un día se gastó el premio de
un boleto de lotería en flores para ella, lo curioso es que las compró una
semana antes de poder ir a visitarla y el día de la visita, las flores estaban
mustias.
Eran novios, al menos él lo
pensaba y pensaba que ella lo sabía, porque sus pensamientos eran
transparentes; en cambio ella pensaba que su historia con Lucas era mágica
porque sus pensamientos eran mágicos y él era el mago en su vida.
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