LA DORMILONA
Cierran
sus ojos cuando sale el sol y duermen durante horas. Más tarde, cuando comienza
a oscurecer, los ojos de las farolas llenos de luces se encienden para iluminar
nuestras calles.
Así
es, las puedes ver trabajar en calles vacías, cuando toda la cuidad duerme y a veces
la luna es el único testigo de su labor, excepto a una de ellas; Vivía en un
parque de la ciudad y la llamaban “la
dormilona” porque se pasaba la noche durmiendo y por el día cuando nadie
necesitaba de su luz, se mantenía encendida y brillante. Sus compañeras se
pasaban el día reganándole:
-
¡Cómo sigas así acabarán por pensar que estás aburrida!
-
Y dijo la farola, os equivocáis me gusta iluminar los ojos tristes de los niños
que vienen al parque cada tarde y verlos como me miran y a veces hasta le guiño
un ojo.
Escrito por Elena Chicano Holgado
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