EL MURO DE LAS LAMENTACIONES
Hace un par de veranos visité Jerusalén, nada nuevo puedo aportar al sin fin de sentimientos y emociones experimentados con anterioridad a mi visita por miles de visitantes que acuden al reclamo de la FE.
Aunque sí que quiero hacer un inciso al Muro de las Lamentaciones , cuenta la tradición hebrea que a este lugar se acude con un solo propósito, a dar las gracias a Dios por los dones concedidos y pedir nuevos deseos ,casi siempre relacionado con la salud , el amor y el trabajo.
La nueva era de la psicología nos dice que si no somos capaces de lamentarnos por el pasado esta energía se congela y se transforma en rabia, miedo, depresión etc; Que es mejor liberar esa energía para que nuestra Autoestima sea positiva ,Y a la vez las religiones y la sociedad actual nos dicen que no sirve de nada lamentarnos, que el pasado ya no existe y lo que tenemos que ser consecuente con nosotros mismos.
-Si nuestro lamento, es la consecuencia del dolor que produce la pérdida de un ser querido, el llanto roto por un desamor, por unos labios que nunca van a pronunciar tu nombre.
-Si el lamento es la tristeza que transmiten unos ojos de un niño enfermo o es el quejido de una garganta rota al observase a sí mismo como un sueño que se desvanece.
-Si el lamento es la ausencia de sonido que emite mi voz , cuando te acercas y no puedo expresar lo que siento.
-Si el lamento se transforma en un sudor frio que baja por la espalda cuando te descubres a ti mismo preso de la soledad.
-Si el lamento es la desilusión que sientes cuando parece que todo está diseñado para ti y al llegar a la meta se rompe en mil pesados, entonces solo entonces, merece la pena lamentarse y liberar toda esa carga de tristeza.
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