TERAPEUTA DEL AMOR I
Este es un pequeño relato de una mujer cualquiera: era ginecóloga, una doctora atípica porque decía que el aparato reproductor femenino era el corazón de las mujeres…era allí donde nacía el amor, donde se fraguaba el amor verdadero, allí latía el corazón del mundo.
Cada día acudían distintas mujeres a su consulta, algunas de ellas solas y otras acompañadas de sus parejas, algunas, porque deseaban tener hijos y otras mujeres por todo lo contrario, mujeres que estaban enfermas, si enfermas de amor. “así le gustaba nombrar a las mujeres que iban a la consulta por alguna dolencia, infección o para prevenir posibles enfermedades".
Otro detalle de esta singular ginecóloga era que las testaba, para saber de su vida emocional. Ella , solo con una pequeña mirada y al tocar las manos de las mujeres que acudían a la consulta sabía que les ocurría…inmediatamente después del reconocimiento pertinente, reconducía la conversación y al final hablaban de lo que realmente le hacía sentirse mal a la paciente en cuestión, EL DESAMOR…, las pacientes, una a una se iban marchando satisfechas de los medicamentos que les recetaba y de los pequeños trucos y rituales que les decía para mejorar su vida…y casi todas las volvían a llamar muy contentas y agradecidas.
La vida de esta singular mujer transcurría del trabajo a su casa, día tras día, vivía para el trabajo, “era una de la mejores en su especialidad” pero cada noche se preguntaba que pasaba con su vida…tenía remedios para todas, menos para ella…miraba a través del alma de las personas y podía ver cosas, pero ¿por qué no tenía remedios para ella, para curar su corazón?......
Le gustaba oír Serenade de Schubert, esta melodía hacía que buscara en su interior, en sus heridas, en aquello que tendría que reparar, pero sin querer le daba más importancia al mal ajeno que al suyo; -sabía perfectamente que amar de aquella manera no era amor en Mayúscula, sabía e intuía que sí seguía por ese camino, nada de lo deseado iba a llegar a su vida, que todo lo contrario ¿por qué tenía tanto miedo? ¿De qué se protegía?.....este pensamientos no siempre le invadían su mente, solo en contadas ocasiones, a veces cuando recordaba el último encuentro fortuito con un desconocido en aquel café que no quiere ni nombrar.
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