ENTRE VINOS, RISAS Y CARCAJADAS III
Miguel, tras enviar el email, siguió confirmando invitaciones de algún amigo o familiar más rezagado, y aunque apenas había transcurrido un par de horas, la impaciencia de Miguel era cada vez mayor, miraba una y mil veces la bandeja de entrada de su correo personal y comprobaba si había enviado correctamente el email.
En apenas en un par de horas, él al igual que Laura iba a estar de despedida de soltero, sus amigos más íntimos le habían preparado su fiesta particular.
Sonó el teléfono de casa, era un número que no tenía registrado en la agenda, se resistía a responder a la llamada y a la vez el ordenador le avisaba que tenía un correo nuevo.
Miró el correo y era de publicidad de una editorial de libros exclusivos de Administración de Empresas, nada nuevo “pensó”, la impaciencia se convirtió en resignación y esta a su vez, según iban pasando las horas en arrepentimiento mezclado con un poco de sentimiento de culpa y de vergüenza, culpa porque de alguna manera había traicionado el compromiso con Laura y vergüenza porque fue él, el que un buen día le dijo a Ana que se olvidara de aquella particular historia de amor, ahora era él , después de más de dos años sin querer saber nada de ella y justo unos días antes de su boda, el que se asomaba a su vida de nuevo y de una manera silenciosa, a través de un correo.
Se acercaba la hora de la reunión con sus amigos y seguía sin noticias de Ana, se dispuso a ir al encuentro con sus amigos, su despedida no iba ser especial, todo lo contrario, él quiso que fuese una fiesta normal sin muchas algarabías, y así fue, una noche entrañable rodeado de sus mejores amigos, si que hubo vino, risas y carcajadas y alguna anécdota de cuando aún eran más jóvenes y alguna que otra foto para el recuerdo. Volvió bien entrada la madrugada a casa, casi amaneciendo y no quiso ir a dormir , sin antes ver el correo…..
-Ahí estaba el correo que estaba esperando, Ana le contestó a su mensaje.
El correo de Miguel era muy corto y decía esto: Buenas, hoy vengo a ti después de mucho tiempo, para pedirte perdón, porque sé que te hice daño con mi rechazo y con mis palabras hirientes, y porque te mentí, cuando te dije que no insistieras con esta relación , que no tenía presente y menos aún futuro, hoy he tenido que caer rendido a mis sentimientos y reconocerme a mí mismo que si que estabas en mi corazón, porque apenas hace un rato pude comprobar cómo aún estás ahí, todo esto a unos días de mi boda con otra persona maravillosa que no se merece este revuelto de emociones. Suerte y Salud.
Ana, no daba crédito a lo que estaba leyendo….lo tuvo que releer varias veces, e incluso pensó, se ha equivocado, no puede ser…….
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